Ahora me enfado y te dejo.

Seguro que muchos estáis familiarizados con expresiones como "actitud infantil", "pataleta", "contento como un niño con juguete nuevo", entre otras muchas que nos recuerdan que los adultos nunca dejamos del todo el niño que fuimos.

Personalmente pienso que es positivo, matizo, de vez en cuando y dependiendo del contexto, debemos darle riendas a ese niño interior que todos tenemos; en mi caso le voy a dar permiso a mi niña interior para que me acompañe hoy, que coja la metralleta rosa, y sea la que lidere está última pataleta.

Os pondré en contexto, cada día mientras me tomo mi primer café, cojo mi smartphone o mi tableta, (no voy dar publicidad gratuita a Apple en este foro) abro mi aplicación de Twitter, y recorro el timeline embebiendo la diversidad de noticias y comentarios que este me ofrece, disfruto activando mi adormilado cerebro con este ritual matutino. Es curioso como mi estado de ánimo en cuestión de segundos puede recorrer una gran diversidad de sensaciones y emociones, diversión, indiferencia, sorpresa, tristeza, ternura, en algunos casos enfado, y en otros, enfado irracional e infantil, es decir "una pataleta" en toda regla!! Y cuando esto sucede, cierro los ojos, respiro hondo, y le digo a esa niña pequeña de ojos negros y grandes, con dos coletas, una a cada lado, agarradas con gomas del pelo adornadas con dos bolitas rojas cada una, vale, tu ganas esta vez puedes acompañarme, y la dejo al mando.

Hoy mi "pataleta" va dirigida hacia los Sres. de el Periódico, aquellos que seáis seguidores en Twitter de este periódico habréis detectado que todas sus noticias a través de Twitter están incompletas, y esto a mi personalmente ya me molesta bastante, es muy sencillo; entras en tu timeline ves el tweet con un titular o una introducción que llama tu atención, con las expectativas por las nubes, especulando sobre el contenido de la noticia, deseoso de ver que se esconde tras ese titular que hace que tu cerebro se active y se ponga en marcha para dedicarle toda tu atención.

Posiblemente y sobredimensionando el ejemplo para hacerlo más claro, es como el día de reyes, ibas la cabalgata con los pajes que hacían puntería con los allí presentes lanzando de forma certera caramelos, te ibas a dormir pronto, el único día del año en el que te mostrabas complacido de irte a la cama cuando tus padres te lo decían, procurando ser obediente y diligente en todo lo que se te pidiera, no se fueran a torcer las cosas en el último momento. Y cuando al fin llega la mañana de reyes saltabas de la cama y salías corriendo en dirección a los regalos, y tras desenvolver uno a uno los paquetes envueltos con papel brillante y de colores, dentro de todos y cada uno de ellos no hubiera nada o lo que podría ser peor, calcetines con una banda roja y azul, o camisetas abanderado!

Justamente en ese mismo momento llega la batería de emociones más indeseables, sopresa negativa, frustración, enfado o ira, decepción, tristeza y finalmente la temida indiferencia.

Gurús del marketing y grandes corporaciones tienen bien aprendida esta lección, saben que el éxito de sus campañas, radican en una correcta gestión de las emociones del consumidor y lo más importante saber cumplir con las expectativas del mismo, sabedores del peligro que supone exacerbar las expectativas y no cumplirlas, generar una expectación que finalmente no se corresponde con el resultado final.

¿Hay algo peor que los consumidores decepcionados?, pueden convertirse en al campaña viral que destruya tu plan de marketing más elavorado, regalandole a tu competencia un montón de usuarios enfadados dispuestos a serte infiel por muy poco, pues dado su nivel de decepción hace que por poco que le ofrezca la competencia ya será más que suficiente para fidelizarlos, en definitiva "tú" les has decepcionado, y "tú competencia" les ha consolado en un momento de fragilidad, ese momento en el que nuestras emociones nos hacen realmente vulnerables, ese momento en el que el subconsciente grita "tú si que me entiendes, y me das lo que necesito, y no como X" en el momento en que tu cliente/consumidor/usuario rellena el espacio que ha dejado tu negligencia con tu increíble incapacidad de gestionar las expectativas, estás perdido!

Y esto es justamente lo que a mi me ha sucedido, los Sres. del Periodico, me han decepcionado, me han estado dando muestras de lo más jugosas a lo largo de bastante tiempo en twitter, noticias y más noticias con sus titulares me llamaban poderosamente la atención, y cuando finalmente accedia a la noticia, ese momento en el que ya estás en la primera parte del artículo, llega ese link que indica... "si quieres leer la noticia completa date de alta en E-Periodico" pero claro bajo un módico precio.

Pues va a ser que no, lo que más me apasiona de la era de internet es el acceso libre y gratuito de la información, para personas ávidas de información es el paraiso, y plataformas como twitter son como el menú con los mejores platos del día, en el que eliges cual deboras en cada momento, no hay nada que me indigne más que cuando manipulan mis expectativas y/o emociones, y así es justamente como me he sentido, así que yo personalmente dejo de seguir todas las secciones de El Periodico, no quiero volver a tener la sensación de que los reyes me han traído un bonito regalo envuelto en un llamativo y precioso papel con un gran lazo, y que al abrirlo me encuentro un horroso jersei de lana de esos que pican, o cualquiera de los terribles regalos que temíamos en la niñez, y que por desgracia todos en algún momento hemos recibido.

Así que sacando a la niña que llebo dentro, con el ceño fruncido y los puños apretados con las brazos estirados a los lados del cuerpo, les pego una patada a los Sres. de el Periódico en la espinilla, y me voy corriendo a los brazos de cualquiera de sus competidores que estarán encantados de seguir consolandome, y orgullosos de que pueda seguir contandole a todo aquel que me quiera escuchar, mi última pataleta infantil, desde luego, pero como ya he dicho es sano de vez en cuando sacar esa actitud infantil; así que sólo me queda sorberme los mocos después del disgusto y el enfado, y consolarme con los caramelos que me ha dado la competencia mientras me acaricia con mimo la cabeza, y me dice no te disgustes, nosotros no te decepcionaremos, nosotros te daremos toda esa información que tanto te gusta, mientras se instala en mi subconsciente "tú si que me entiendes, no como El Periódico, que me da un trozo de caramelo y luego me lo quita".

Personalmente elijo a la competencia, aquellos que la mañana de reyes me meteran en el reluciente paquete una barbie o el último modelo de lego, personalmente elijo aquellos que en el menú del día me incluyen aquellos platos que me pueda comer enteros, y que además me han consolado cuando más decepcionada estaba.

¿Tú que eliges?...