Hay lugares que a pesar de no ofrecernos compañía, de ser inertes, siguen ahí invulnerables al paso del tiempo, esperando pacientes a que volvamos pronto.
Nuestro pequeño rincón en el mundo, ese lugar que forma parte de lo que somos, que nos ha acompañado silenciosamente a lo largo de nuestra lucha, y que siempre nos recuerda lo que somos y las batallas que hemos ganado para llegar a donde estamos y para ser lo que somos.